Las mujeres del oil & gas
Plataforma a bordo del FLNG, la primera planta flotante de Eni para la producción y licuefacción de gas natural en Mozambique y la primera en el continente africano
México y Mozambique: dos ejemplos de la influyente presencia femenina de Eni en América del Norte y África.
Viven muy lejos unas de otras, tienen diferentes hábitos, costumbres, idioma, tal vez ni siquiera se han visto nunca, pero una cosa las une: son las llamadas «mujeres del gas» de Eni, que llevan a cabo con gran dedicación, su trabajo, generalmente considerado prerrogativa de los hombres, siguiendo la misión de Eni de promover el acceso a los recursos energéticos de manera eficiente y sostenible para todos.
Silvia y Nayeli, de México, y Cleide, Gisela, Cleide y Noma, de Mozambique, tienen historias paralelas pero comunes. Todas son ingenieras, la mayoría de ellas aún no ha cumplido los treinta años. Trabajan, tanto en el control y seguimiento de los pozos de las plataformas Mizton y Amoca, como Silvia, como colaborando en el área de exploración en el cumplimiento técnico-normativo con las instancias gubernamentales del país, como Nayeli.
EN MEXICO
Silvia Brambilla, una joven ingeniera química, es «operadora de sala de control», es decir, responsable de controlar, operar y monitorear los pozos de las plataformas Mizton y Amoca, lo que significa que en caso de «un problema operacional, mi trabajo es reportar fallas o defectos en los equipos y verificar el flujo de entrada al FPSO MIAMTE MV34, instalación flotante del buque petrolero que realiza actividades de producción, almacenamiento y descarga de petróleo (FPSO por sus siglas en inglés); también actuar cuando sea necesario para corregir cualquier situación y limitar los riesgos para el personal, los equipos de planta y la producción durante situaciones de emergencia”, responde.
Por su parte, Nayeli Islas, también ingeniera, vela por el cumplimiento técnico-normativo de los contratos de exploración suscritos con el Estado mexicano. Eni México tiene seis contratos como operador y dos como no operador. También colabora con el equipo técnico y administrativo para que se respete la normativa de manera multidisciplinaria en cuanto a planes de exploración, programas y presupuestos anuales, actividades de exploración y reconocimiento de superficie (ARES), planes de pozos, entrega de información al Centro Nacional de Información de Hidrocarburos (CNIH) y control de costos incurridos por los planes de exploración.
Silvia decidió estudiar ingeniería química “porque es una rama esencial de la ciencia dedicada a la transformación de materias primas mediante procesos químicos en productos o servicios de alto valor agregado. Entonces mi profesión me permite contribuir con la economía y el desarrollo de México”. Nayeli, por su parte, supo desde temprana edad que quería estudiar ingeniería: “Me interesaba entender cómo funciona el mundo y cómo los seres humanos usamos las herramientas para hacernos la vida más fácil”. Inicialmente estaba interesada en estudiar robótica; sin embargo, su pasión por las ciencias de la tierra la hizo cambiar de opinión y prefirió estudiar ingeniería petrolera.
Si bien México, como la mayoría de los países latinoamericanos, es un país donde el machismo aún está fuertemente arraigado, ninguna de las dos se ha sentido discriminada en esta profesión. Siempre se han sentido respetadas, parte del equipo de Eni y valoradas. Sin embargo, Nayeli Islas agrega que “es necesario seguir ganando terreno en México para que el trabajo de mujeres y hombres sea igual para lograr la igualdad de oportunidades laborales en todos los sectores”.
Ambas consideran muy importante la inversión en Eni para su desarrollo profesional y laboral. Para Silvia Brambilla “participar con Eni en un proyecto tan importante como el FPSO MIAMTE MV34 me ha permitido tener un cúmulo de conocimientos, experiencia y retos que me han formado para afrontar cualquier situación. Me ha permitido ser parte de un equipo de trabajo multicultural y de alto desempeño que contribuye a la producción petrolera, parte del crecimiento económico de México”.
Para Nayeli “colaborar con una de las empresas petroleras más importantes del mundo es una experiencia muy gratificante a nivel profesional. Eni es una empresa que promueve el desarrollo integral de sus empleados, permitiéndoles desarrollar habilidades transversales que te hacen ver el sector globalmente y no solo como una pieza del rompecabezas”, subraya. Esto me permitió “desarrollar mi formación integral y ser capaz de ser crítica y proactiva frente a los desafíos diarios que enfrentan los operadores petroleros en México, principalmente, el pleno cumplimiento de la regulación de los contratos de exploración y producción de las diferentes instituciones en México y la adecuación al cumplimiento de las normas internas y externas”.
También ambas también coinciden en el gran impulso que Eni le ha dado al desarrollo económico y sustentable de México en diversas áreas, como “trabajos de exploración y producción de petróleo en la costa de Tabasco, donde hemos puesto en marcha diversos proyectos para apoyar a las comunidades costeras del municipio de Cárdenas en el estado de Tabasco, cercano a la zona, que prevén la colaboración en áreas prioritarias de intervención como educación, desarrollo socioeconómico, empleo, salud, sostenibilidad ambiental y seguridad”, dice Silvia Brambilla.
Silvia también destaca que “se han creado alianzas para promover el desarrollo sostenible de la economía local a través de la protección del patrimonio cultural y natural, el acceso a los servicios básicos y la promoción de los derechos humanos”.
Según Nayeli Islas “colaborar activamente en la empresa extranjera que reportó la mayor inversión en contratos firmados con el Estado mexicano, según la Comisión Nacional de Hidrocarburos a junio de 2022, y saber que el compromiso económico también incluye beneficios sociales a las comunidades aledañas. me enorgullece mucho».
“Eni es hoy una de las empresas petroleras más importantes de México, lo que la convierte en un elemento fundamental para el desarrollo económico y sustentable de mi país. Implementar proyectos de desarrollo local en su área de influencia, con foco en educación, salud y diversificación económica, adoptando la visión estratégica de Naciones Unidas e integrando los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en su misión corporativa y asumiendo compromisos específicos para cada uno de ellos. ellos”, concluye Nayeli.
EN MOZAMBIQUE
Cuando Cleyde de Jesus Severino Gonzaga comenzó a trabajar en Eni en 2011, estaba en marcha la adquisición de los primeros modelos sísmicos, lo que dio inicio a la campaña de exploración. Actualmente, su rol como coordinadora de aduanas y subgerente de base le exige una alta capacidad organizativa y sobre todo una gran atención al detalle.
Actualmente trabaja en el proyecto Coral South, el primer proyecto de desarrollo de los recursos de gas descubierto en la cuenca de Rovuma, frente a las costas del país, “un proyecto en línea con los estándares internacionales como ningún otro proyecto en África hasta el momento”, afirma. “Desde el punto de vista de la logística, cada paso requería una gran cantidad de permisos, sin contar la gestión de pasaportes y visas del personal que iba y venía. Solo para obtener el permiso SAIPEM 10000 para operar en alta mar en Mozambique, produjimos toneladas de permisos. Al final, también gracias a la cooperación y el apoyo de las autoridades, lo logramos”.
Gisela Nhambi estudió ingeniería mecánica en la Universidad Eduardo Mondlane en Maputo. Hace diez años fue seleccionada por Eni Corporate University para un año de formación en Italia, con sede en Milán, donde aprendió un importante oficio, que ahora realiza con competencia y soltura. “Los retos te hacen crecer” es su lema.
Noma Karma Malendza trabaja en una plataforma flotante a bordo del FLNG, la primera planta flotante de Eni para la producción y licuefacción de gas natural en Mozambique y la primera en el continente africano. Cuando supo que había sido seleccionada para esto, acababa de cumplir veinticuatro años. Es la guardiana de un cofre más que preciado: es la controladora de seguridad.
En Corea del Sur estuvo junto a Cleide Virginia Firmino Muchate, de veinticinco años, quien coordina las actividades en caso de emergencia y gestiona la eliminación de residuos. Para Cleide, Eni es «una gran escuela» de la que está aprendiendo mucho; personalmente se describe a sí misma como una ‘pizarra en blanco’ en la que la experiencia a bordo del Coral Sul va escribiendo una historia que la enorgullece porque la enorgullece de su país.
El ejemplo de estas profesionales -que pertenecen a dos continentes diferentes, América y África, todas ellas orgullosas de su trabajo- pone de relieve el potencial que puede surgir y desarrollarse en todo el mundo cuando se valoran los recursos humanos en cualquier contexto.