Mundial femenino 2023: una lección de equidad para el periodismo deportivo
Fuente: Fundación GaboFoto: George Hitchens / SOPA Images – Ignite Images 2023 / Uso bajo licencia (CC BY-SA 4.0
Por Red Ética
El Mundial de Fútbol Femenino que acaba de terminar en Australia, y donde la selección de España se consolidó como campeona, es una lección para el periodismo deportivo en Iberoamérica.
Un campeonato de alto nivel deportivo, con asistencias récord y un despliegue periodístico nunca visto para una Copa Mundial de Mujeres, fue opacado por la polémica y el cubrimiento morboso y machista que se generó alrededor de un hecho de violencia sexual. Al punto en el que hoy, 5 días después, se ha hablado más del beso no consentido de Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), a Jennifer Hermoso, centrocampista y máxima goleadora histórica de la Selección, durante el acto de premiación, que del logro que alcanzaron las españolas al coronarse campeonas del mundo por primera vez.
Si bien este es un hecho grave que requiere atención, análisis y reflexión, y que abordaremos en los próximos días en la Red Ética, no queríamos dejar pasar la ocasión para hablar de cómo en un panorama tan cambiante, en el que han cobrado protagonismo en la conversación pública las disparidades y desafíos que rodean la cobertura mediática de deportes practicados por hombres y mujeres, hoy están surgiendo nuevas narrativas en torno a las mujeres y el deporte, y que son la “buena prensa” y los grandes cubrimientos los que también tienen el poder de impulsar estos cambios en la sociedad.
Conversamos con Sarah Castro Lizarazo, directora de AS en Estados Unidos, y exdirectora de Deportes en Caracol Radio, sobre las complejidades y desafíos del periodismo deportivo, las disparidades en la representación de hombres y mujeres atletas en medios, y el poder transformador de una cobertura equitativa.
Reescribiendo la narrativa
No es un secreto que hay una disparidad evidente en la cobertura mediática entre deportes practicados por hombres y por mujeres. Respecto a esto Sarah Castro habla de la importancia de reconocer que esta diferencia va más allá del deporte en sí, y que se refleja también en las desigualdades que hay en las redacciones, y en la representación y participación de las mujeres y otros grupos en los medios y otros espacios públicos.
“Es evidente que el mismo sistema ha establecido roles determinados en los que ciertos escenarios no estaban destinados para las mujeres, por ejemplo, la práctica del deporte y el periodismo deportivo”, menciona la periodista colombiana. “Eso facilitó un rezago histórico y un círculo de condiciones en el que, si las mujeres no participan, estos espacios no se desarrollan, no se les otorgan recursos, no se genera un nivel mediático o masivo y no se genera interés del público, haciendo aún más compleja nuestra participación”.